Imagínate que lanzas tu nuevo proyecto, lleno de ilusión y de horas de trabajo. Todo marcha bien hasta que, ¡zas!, llega ese comentario inesperado, ese consejo no solicitado de alguien que nunca ha intentado lo que tú estás haciendo. “¿Por qué lo haces de esa manera?”, te dicen. Y ahí es cuando te preguntas: ¿estoy haciendo lo correcto?
De pequeños, estamos acostumbrados a escuchar a los demás: la familia, los amigos, los profesores. Nos enseñan a buscar la aprobación externa, a medir nuestro valor en función de lo que los demás opinen. Y aunque esas opiniones pueden ser útiles, cuando decides emprender, cambiar hábitos o lanzar tu propio proyecto, te das cuenta de una gran verdad: el entorno no siempre sabe lo que es mejor para ti.
Ahora, no me malinterpretes. El entorno tiene buenas intenciones. Pero las intenciones no siempre son el mejor consejo. ¿Sabes por qué? Porque la simplemente no lo hacen y no lo han hecho. Entonces no pueden saber la dificualtad a la que te enfrentas.
Las críticas: tus mejores aliadas
Lo interesante es que esas críticas pueden convertirse en tus mejores aliadas. No te digo que las ignores, te digo que las escuches. Pero no desde la inseguridad, sino desde la perspectiva de que cada comentario te fortalece. Las críticas son el test para tu autenticidad. Si tu entorno te critica, ¡enhorabuena! Porque eso significa que estás saliendo del molde, y nadie que marque una diferencia lo hace quedándose en su zona de confort.
Recuerda, el éxito no es lineal y, sin duda, no es cómodo. Las críticas son los baches que te recuerdan que estás en movimiento. Si no recibes comentarios, si todo es fácil y silencioso, es probable que estés jugando demasiado a lo seguro.
La historia de las ventanas rotas
¿Te has leido mi "NO LIBRO" sobre las ventanas rotas? Te animo a hacerlo. Esos cristales rotos representan las heridas del alma, los miedos y las inseguridades que has acumulado a lo largo del tiempo. Las críticas son el martillo que golpea esas ventanas. Cada vez que alguien te dice que no puedes, que no deberías, que eso no es para ti, es una oportunidad más para romper esos cristales y dejar que entre la luz de la transformación.
Cuando decides no hacer caso al entorno y sigues tu intuición, estás eligiendo sanar esas heridas. Estás eligiendo transformar esos comentarios en lecciones, en impulso. Porque, al final, no es el que más cómodo está el que llega lejos, sino el que se atreve a caminar sobre cristales rotos y convertirlos en camino hacia sus sueños.
Entonces, ¿qué haces con esas críticas?
Primero, agradece. Sí, agradece que alguien se haya tomado el tiempo de prestarte atención, porque el peor enemigo de cualquier proyecto no es la crítica, sino la indiferencia.
Segundo, úsalas como un espejo. ¿Esa crítica toca algo en ti que duele? Genial, significa que hay una parte de ti que necesita ser revisada y trabajada. Las críticas son grandes maestros para la evolución personal.
Y tercero, sigue. El éxito no es más que el resultado de avanzar un paso más allá del “no puedes”. Y si tú, querido lector, estás aquí, ya sabes que ese es el paso que te hará transformar tus heridas en resultados.
La acción es la clave
Así que, si todavía dudas en lanzarte, en hacer realidad ese proyecto, en sanar esas heridas que te frenan, déjame decirte algo: las críticas que te da el entorno son solo el eco de sus propios miedos. No están hablando de ti, están hablando de lo que ellos no se atreven a hacer.
Así que la próxima vez que te critiquen, sonríe y avanza. Porque ese, querido, es el verdadero camino al éxito.
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Un abrazo enorme.
